martes, 18 de agosto de 2009

El teatro y lo social… la vida social como teatro… el potencial social del teatro...”.

Por Lic. Valeria Cotamich

“El teatro y lo social… la vida social como teatro… el potencial social del teatro...”Reflexiones en torno a la multiplicidad de significados que dialogan en relación a estos dos términos. Valeria Cotaimich Becaria Agencia Córdoba-Ciencia. Lic y prof en Psicología. Docente e investigadora en artes y ciencias sociales de la U.N.C. Para escribir en torno a la vinculación entre “el teatro” y “lo social”, tema central de este número de la revista, deberíamos comenzar por señalar la diversidad y complejidad a la que ambos términos remiten. Como sucede con cualquier categoría teórica o del sentido común, existen diferentes puntos de vista desde los cuales se definen estos términos. Puntos de vista que se asocian no sólo a diversas posiciones ideológicas, teóricas o estéticas, sino también a las trayectorias y posiciones de quienes sostienen esos términos. Mijail Bajtin. Diálogo y multiplicidad de sentidos vinculados “al teatro” y “lo social”. Intentaremos analizar estos términos retomando a algunos aportes de Mijail Bajtín [1995]. Decidimos retomar este autor debido a que es a través de sus planteos que, en principio, nos vemos en la necesidad de pluralizar los términos que nos ocupan, reconociendo la multiplicidad de SENTIDOS que implican estos términos. Estos sentidos, se plasmarían, según Bajtin, en TEXTOS y/o ENUNCIADOS, que en este caso tratan acerca de lo que es el teatro y lo social. Estos textos dialogan entre sí en un contexto semiótico determinado, es decir en el contexto de relaciones entre sujetos, que orientan sus acciones en función de esos sentidos. Estos textos, para Bajtín, dialogan con otros textos ajenos a este contexto e interactúan generando nuevos significados. Veamos esto en un ejemplo: la palabra teatro ha remitido históricamente tanto al espacio donde se desarrolla una puesta, como al complejo de prácticas que desarrollan un conjunto de sujetos que en algunos casos se identifican a través de la delimitación de roles y haceres específicos: actores, directores, dramaturgos, escritores, escenógrafos, iluminadores, sonidistas, vestuaristas, productores, etc. Si nos detuviésemos a indagar los planteos que diferentes sujetos especializados en estos haceres, realizan en relación a estos términos, posiblemente nos encontraríamos con algunas semejanzas pero también con diferencias, a veces sustanciales. Así como, si comparáramos sus discursos con discursos desarrollados en otros campos teatrales o sociales, también nos encontraríamos con semejanzas y diferencias respecto de los significados que se asocian a ambos términos. Por otra parte, con el término social, también se han desarrollado múltiples significados que incluso se ponen en juego en la vida cotidiana. En base a los planteos de M. Bajtin, este término aludiría a un complejo discursivo de significados que caracteriza la acción humana, que es definida por antropólogos como Clifford Geertz como ACCIÓN SIMBÓLICA [1990]. Y también remitiría a la noción de SIGNO IDEOLÓGICO, pensado por Bajtin como aquel fenómeno material que implica otra realidad no material sino semiótica, en la que se establece un diálogo entre una multiplicidad de sentidos. En el caso de las prácticas teatrales, esta multiplicidad de sentidos circulan, se producen, reproducen, y se transforman, en una diversidad de ámbitos: teatros oficiales, salas independientes, ámbitos callejeros, espacios barriales, hospitales, cárceles, etc. Para algunos esta vinculación del teatro con “lo social” pareciera sólo remitir a aquellas prácticas que se realizan en ámbitos institucionales (ej: hospitales y cárceles) o comunitarios (ej: centros vecinales, comedores, etc) vinculados a alguna problemática psico-social. Esta constituye una de las formas discursivas posibles para vincular estos términos y que mucho más allá de esto, desde las ciencias sociales esta vinculación se produciría desde el momento mismo en el que pueden considerarse todas las prácticas teatrales como prácticas sociales. Análisis de las prácticas teatrales como prácticas sociales, desde los aportes de P. BourdieuSociólogos como Pierre Bourdieu [2003], emplean el término social, para adjetivar una serie de categorías conceptuales entre las que se cuentan: CAMPO, CAPITAL, PRÁCTICAS, AGENTES, INSTITUCIONES, INSTANCIAS DE CONSAGRACIÓN, etc. Se trata de un adjetivo que alude al modo en que las prácticas son llevadas a cabo por agentes e instituciones en función de sus TRAYECTORIAS, INTERESES y POSICIONES. Si analizamos las prácticas teatrales, desde la propuesta de Bourdieu, comenzaríamos por delimitar el campo teatral, teniendo presente los capitales que están en juegos (sociales, económicos, culturales y simbólicos). Además deberíamos delimitar qué agentes, organizaciones e instituciones están en juego, que posición ocupan y cuales son los intereses que motivan sus prácticas. Estos intereses para Bourdieu no se plasman de manera explícita en la conciencia de los agentes, pero si determinan el carácter de esas acciones. Es decir, con la categoría de interés, no realizamos señalamientos valorativos sino simplemente reconocemos cuales son las fuentes que orientan las prácticas sociales.Los discursos acerca de la vinculación entre el teatro y lo social, al pluralizarse, es decir, al aludir a una diversidad de significados a los que pueden remitir, se vuelven discursos situados, diversos e interesados. Estos discursos son elaborados y sostenidos, como dijimos, por una diversidad de agentes sociales que interactúan conflictivamente al interior de un campo social. El volumen y estructura del capital con que cuenta un agente o una institución, determina su posición en el campo. Y es desde esta posición que los agentes desarrollan estrategias para conservar u optimizar sus posiciones. Estrategias que podemos considerar junto con Ricardo Costa y Teresa Mozejko [2003] como DISCURSIVAS. Es decir estrategias que procuran a través del discurso un posicionamiento o re-posicionamiento en la estructura de relaciones que configura un campo social.Si trasladamos esta lógica a lo concreto de un campo teatral delimitado, tal como el campo teatral de Córdoba podríamos reconocer la existencia de una diversidad de sentidos vinculados a la palabra teatro, así como a otros términos afines tales como teatro independiente. Estos sentidos son construidos y puestos en juego por agentes sociales que sostienen diferentes posiciones poéticas y políticas ante el hacer teatral, posiciones que atraviesan, no sólo las formas de poner en escena una obra, sino también el modo en que se definen los géneros dramáticos, las formas de escritura, las maneras de vincularse con el público, los modos de realizar y/o gestionar una producción, etc. En este sentido es que se crean formas poéticas bajo rúbricas como teatro callejero, teatro de objetos, teatro de texto, teatro experimental, teatro independiente, teatro danza, teatro alternativo, teatro de cámara, etc. En muchas ocasiones no podemos realizar claras diferenciaciones entre algunas de estas alternativas, precisamente debido a que se trata de formas discursivas puestas en juego por los agentes sociales en la lucha por la imposición de sentidos en la que hacen uso de ciertos dispositivos para construir esos discursos empleando diversos soportes (escritos, verbales y no verbales). En esta lucha, los agentes sociales desarrollan diversas estrategias y dispositivos de reconocimiento y legitimación. Tal es el caso de la conformación de instancias de consagración y reconocimiento, así como el uso estratégico de medios de comunicación masiva y especializada. En el primer caso, las formas de reconocimiento se da a través de títulos, premios y posibilidades de desarrollo de las prácticas teatrales otorgadas en Córdoba-Argentina, por instancias como el Instituto Nacional de Teatro, la Universidad y otros entes gubernamentales tales como la Agencia Córdoba-Cultura o la Municipalidad. Otras formas de reconocimiento están dadas por ámbitos locales de producción, circulación y consumo de las prácticas teatrales. En Córdoba algunos de estos ámbitos son: el Centro Cultural España-Córdoba o el Cine-Club Hugo del Carril, el Instituto Gohete o la Alianza Francesa. Este esquema que hace al desarrollo del teatro de Córdoba, en particular del teatro independiente, podría considerarse como homólogo a otros campos teatrales de otros espacios culturales. El teatro y la performance como metáforas para analizar la vida socialDentro de la Teatrología también existen diversos discursos respecto de la relación entre los términos que nos ocupan. Entre estos discursos se encuentran aquellos que, como lo plantea Antonio Prieto [2002], procuran, vinculando los desarrollos teóricos de la Teatrología con la Antropología de la Performance, indagar una diversidad de hechos sociales, más allá de las prácticas teatrales, considerándolos como teatro y/o peformances [Prieto A.: 2002]. Asi como reconocen los atravesamientos sociales y culturales de toda práctica escénica. En este sentido se trataría por ejemplo de analizar ciertas situaciones cotidianas a la manera de performances, así como reconocer el carácter performático de situaciones teatrales y cotidianas [Cotaimich V.: 2004]. El potencial transformador y/o reproductor de las prácticas teatrales: una opción estratégica. Para finalizar quisiera señalar que, dentro de la gran diversidad de discursos que se han desarrollado en el campo teatral, en relación a estos términos, encontramos algunos que aluden a un “teatro social”. Esta línea seguiría algunos planteos de teatristas como Augusto Boal [1980], quien creara lo que se conoce como teatro del oprimido, forma poética y política desarrollada en vinculación con la pedagogía del oprimido de Paulo Freire. Ambos procuraron bajo estas formas teatrales y alfabetizadoras generar espacios para transformar la realidad social, en particular en relación a sectores desfavorecidos socialmente. En este sentido Augusto Boal rescató el potencial transformador y generador de las prácticas teatrales. Potencial que, cabe señalar también ha sido utilizado en sentido inverso al planteado por Boal para favorecer la reproducción de ciertos vínculos sociales. Tal es el caso por ejemplo del desarrollo de talleres y/o puestas desarrolladas por instancias políticas o religiosas que procuran reproducir una determinada forma de comportamientos. Estamos de acuerdo con Boal en remarcar el potencial transformador y crítico que guardan las prácticas escénicas, entre las que se cuentan no sólo las teatrales, sino también el teatro de títeres, la murga, el teatro de mimo y el teatro danza. Potencial que se pone en juego siempre y cuando se haga un análisis crítico de las condiciones sociales y culturales en las cuales están inmersos los sujetos con los que pretendemos vincularnos. Hay algo de esto que se está poniendo en juego en numerosas experiencias desarrolladas en cárceles, hospitales, centros de salud y toda una serie de espacios sociales dedicados a tratar diversas problemáticas psico-sociales. Entre estas experiencias, a nivel local, cabe señalar que existen experiencias muy diversas con el teatro y el teatro de títeres, que se desarrollan incluso desde la universidad o desde algunos espacios gubernamentales, tal es el caso, en Córdoba capital de talleres de teatro y títeres desarrollados en instituciones carcelarias como el CETRAM II, donde se internan menores o como otros espacios carcelarios de adultos (de mujeres y de varones). También existen otra serie de experiencias teatrales desarrolladas en hospitales psiquiátricos como es el caso del Neuropsiquiátrico Provincial, y otras tantas experiencias barriales y comunitarias. Es importante señalar que no todas las prácticas teatrales que se desarrollan en estos espacios procuran una REFLEXIÓN CRÍTICA Y TRANSFORMADORA, generadora de procesos de COMUNICACIÓN, SALUD y APRENDIZAJE donde los sujetos se consideren como activos partícipes de la configuración de su subjetividad. Sentido que es el que Pichón Rivière y Ana Quiroga otorgarán a la Psicología Social [Quiroga Ana: 1986]. Si bien en este caso se trata de convertir los hacedores teatrales en psicólogos sociales, si se trata de promover una reflexión en torno a lo que esta disciplina puede brindar a los fines de pensar el impacto de las prácticas escénicas en la vida social. Si bien, las prácticas escénicas guardan potenciales políticos relevantes, en tanto promueven otras formas de aprendizaje y comunicación, que esta tarea se lleve a cabo depende de la posición socio-ideológica, y de los objetivos de quienes las llevan a cabo, tal como lo demarcáramos al inicio del presente artículo. Es por ello que invitamos a los lectores a reflexionar críticamente en torno a las posiciones, intereses, estrategias y objetivos bajo los cuales desarrollamos nuestras prácticas escénicas para poder generar experiencias que no sólo enriquezcan nuestra trayectoria sino también promuevan cambios en nosotros y en otros, otros a los que es necesario reconocer no como espectadores sino como sujetos con los que compartimos la condición de hacedores y creadores de cultura. BIBLIOGRAFÍA• Bajtin, M. Mijail. 1995. Estética de la creación verbal (ECV). México, Siglo XXI, [1920-1924]. • Boal Augusto. 1980. Teatro del oprimido. Teoría y Práctica. Editorial Nueva Imagen. México.• Bourdieu Pierre. 2003 - Creencia artística y bienes simbólicos. Bs. As. Edit. Aurelia Rivera. Bs. As. • Costa Ricardo y Mozejko Teresa. 2003- Lugares del decir. Compilación. Santa Fe. Homo Sapiens Ediciones. • Cotaimich Valeria. 2004VIII Jornadas de Investigación del Area de Artes del CIFyH. Ponencia: “Prácticas discursivo-textuales y prácticas performáticas. Modos de decir(se), mostrar(se) y hacer(se) haciendo teatro independiente”. Córdoba. • Geertz Clifford. 1990. La interpretación de las culturas. Barcelona. Editorial Gedisa.• Pichón-Rivière, Enrique. El proceso creador. Del psicoanálisis a psicología social.1987. Edic. Nva Visión. Bs. As. • Prieto S. Antonio. 2002 “En torno a los estudios del performance, la teatralidad y mas (notas para una conferencia)”.Ensayo publicado para el curso "Globalización, Migración, Espacios Públicos y Performance”. • Quiroga Ana. 1986. Enfoques y perspectivas en Psicología Social “El sujeto en el proceso de conocimiento”Ed. Cinco. BA. Argentina
Publicado por Mujeres de La Sonámbula en
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